
Viernes, la cara del flaco se apega como imagen latente, los vestigios de un sonido que me lleva al pasado.
Mis músculos giraban hacía atras y adelante, cada cuadra que pasaba ganaba velocidad, recuperaba el aire con el rojo del semáforo.
Al llegar a Pueyrredon, un viaje incesante de caras extrañas, todas a contramano. la vertiginosidad de sus miradas, sus voces rompían el sonido.
La calma volvía en bajo belgrano, "la mañana lanzallamas..." .
Una espera trunca a la sombra de Libertador y Rodriguez Peña, el cartel luminoso y la cara de la modelo y su falsa mirada del mundo.