
Puedo regodearme de placer en tus manos,
ante la presencia de un sol fulminante.
Y la fresca gota que recae sobre tu rostro,
desalineando nuestros cuerpos frente a la
sábana humeante.
Ser testigo del máximo contacto,
buscarnos entre la penumbra.
En un mar desierto sentir la piel rajada.
En las selvas del horizonte posarnos junto al viento,
y esperar la caída del día agotador.
Un ojo se cierra y otro se abre,
la boca quebrada y las manos entre
el musgo picante.
La imagen latente de algo que pasa.
Guardado en la retina de dos cuerpos,
que reposan frente a la playa virgen.
1 comment:
Los cuerpos necesitan sentir que flotan en algún universo, como modo de soportar el dolor y la angustia.
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